viernes, 18 de noviembre de 2011

Amor ficticio mio

que sólo exististe en la medida en que mi voluntad te dio forma

Yo te prometo:

Sudarás tres gotas de sangre por cada lágrima vertida

Sonarán tus alaridos de soledad por cada rechazo elaborado

Y te preguntará siempre.: Siempre.

Dónde erraste

Y nunca; Nunca.

Tendrás la respuesta

jueves, 13 de enero de 2011

Suprimir el pasado

Se necesita bastante disciplina para suprimir el pasado y empezar de nuevo; pero por suerte o por desgracia, hay gente que consigue una cierta especialización en reinventarse.
Sin embargo, hay una diferencia fundamental entre quien consigue reinventarse completamente y ser una persona nueva, soltando lastre y abandonando completamente el pasado y aquellos que deben reinventarse parcialmente; manteniendo una buena parte de la personalidad y actividad previa y adquiriendo nuevas funciones y actitudes totalmente distintas a las previas. Estas últimas personas tienen también su mérito; sobre todo porque la dinámica de mantener dos personalidades distintas con actitudes distintas y no perder la cordura en el intento necesita aún más disciplina que abandonar el pasado y reinventarse.
De hecho, creo que tener dos o mas personalidades distintas en forma espontánea y no por decisión propia se considera un trastorno psiquiátrico grave.
Mantener una doble actividad entre el entorno urbano y el entorno rural y que ambos funcionen es difícil. Incluso con ayuda.
Meterse en berenjenales ha sido una constante en mi vida, así que no creo que en realidad me esté reinventando. Sólo es un berenjenal más. Empezó como una neblina hace ya veinte años, se fué condensando lentamente, muy lentamente y , hace unos diez años, la neblina se había transformado en nubes que tapaban el horizonte y oscurecían el sol; ahora son nubarrones negros y densos. Debería llover ¡Mecachis! Para despejar el ambiente.
El ejercicio de suprimir el pasado es difícil, sobre todo cuando hay una historia de veinte años que conduce al presente